Hola a todos y bienvenidos de nuevo a nuestro espacio,

Hoy traemos una pequeña reflexión profesional y una serie de consejos que llevamos un tiempo desarrollando para facilitar la tarea de contratar el reportaje fotográfico o videográfico para vuestra boda. leer más…

De un tiempo a esta parte, y gracias a la gran labor y al esfuerzo de auténticos profesionales, tanto la fotografía como el video de boda han conseguido quitarse de encima la mala fama y los tópicos acumulados tras décadas de abusos, malas prácticas y mucha caspa. Ambas disciplinas viven ahora un momento dorado al presentarse como dos especialidades con un enorme potencial creativo para los profesionales y con una gran contrapartida tanto a nivel artístico como económico.

Hasta aquí todo dentro de la normalidad para una profesión que trata de captar el fiel reflejo de la sociedad en la que se desarrolla. Pero por desgracia como en todo lo que se «pone de moda», pasa poco tiempo hasta que «supuestos profesionales» ven el «filón» y entrán en un sector que desconocen y que no respetan, simplemente con la intención de realizar una explotación económica en toda regla.

En base a lo anterior y para ayudar a diferenciar entre los autenticos profesionales y los intrusos y facilitar la toma de decisiones a las parejas que están buscando profesionales para inmortalizar su gran día, hemos preparado un listado con los aspectos más importantes a tener en cuenta y que consideramos imprescindibles a la hora de contratar un fotógrafo/videógrafo de boda:

© ML Weddings

1 – La importancia de los recuerdos: Aunque puede parecer algo esencial, es importante recordarlo ya que, puestos en faena y llegada la hora de seleccionar el fotógrafo/videógrafo para nuestra boda, podemos acabar guiandonos solo por criterios económicos. Dicho aspecto es importante pero no puede ser el de mayor peso ya que deben imperar otras virtudes del profesional que enumeraremos mas adelante.

Para valorar los recuerdos hay que mirar con perspectiva al pasado y pensar cuanto pagarías por tener una foto de tantos momentos de tu vida que por lo que sea no puedes tener. Para evitar esta sensación en el futuro debemos asegurarnos de que todo quede perfectamente documentado.

Hay que recordar la finalidad última de contratar foto o video que es sencillamente la voluntad de preservar los recuerdos de un día tan importante, y como todas las decisiones de una boda, esta decisión no puede tomarse a la ligera. Un buen fotógrafo sabrá capturar todos los momentos irrepetibles que se van sucediendo a lo largo del día debido a su experiencia, conocimientos y medios técnicos. Nunca deberíamos por tanto encomendar esta tarea a aficionados o supuestos profesionales que no sean capaces de mostrarnos trabajos previos que se ajusten a nuestros criterios de selección.

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2 – Definir claramente todas las partidas económicas del evento y el margen de tolerancia o flexibilidad en relación al gasto total dependiendo de la importancia de cada concepto.

Sin duda este punto es muy importante, de cara a una boda hay que marcarse un presupuesto aproximado, dividiendo el mismo entre las partidas que consideremos. Para definir este presupuesto hay que construirlo desde el conocimiento, a priori nadie tiene porque saber cuanto cuestan cada una de las partes que componen una boda, por eso lo que hay que hacer es moverse e informarse, ya sea físicamente o a través de la red, recabar información, comparar diferentes ofertas y en base a esto hacerse una idea del coste final y la importancia dentro del presupuesto global. Como aproximación podemos afirmar que el gasto medio en foto/video por boda suele estar entre el 10-15% del presupuesto total.

Mucha gente piensa que la fotografía o el video de boda es un servicio caro y que los precios no están justificados pero realmente se trata de un servicio realmente barato en comparación con lo que se obtiene en contrapartida. Hay que tener en cuenta que dentro del precio están incluidos factores como: la inversión en equipos fotográficos e informáticos, la continua formación y reciclaje, alquiler o compra de instalaciones, impuestos, tasas, seguros sociales, nominas, consumos y lo mas importante el tiempo (tanto el del día de la boda como las numerosas jornadas posteriores para la edición del resultado).

A menudo nos encontramos con muchas parejas que vienen con un presupuesto preestablecido sin ninguna base de conocimiento y sobre el cual es imposible ajustar ningún tipo de servicio. En este caso debemos volver al punto anterior para valorar la importancia de los recuerdos y en consecuencia destinar mas fondos para la contratación de foto/video.

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3 – Una vez que tenemos claros los 2 puntos anteriores, Se trata de disfrutar de todo el proceso y afrontarlo desde una óptica de ocio. Tenemos que hacer una pequeña selección de los 3-4 profesionales cuyo trabajo nos haya gustado más y tener una reunión con ellos, no sin antes buscar referencias en webs, blogs y foros para tener una visión mas amplia del trabajo que realiza cada uno.

En la reunión, a parte de conocernos en persona tenemos que valorar otros aspectos y cuestiones tales como:

  –  Ver un reportaje completo que corresponda a una boda real y similar a la que tenemos en mente (a menudo los álbumes de muestra se hacen con las mejores fotografías de diferentes bodas lo cual distorsiona la realidad del trabajo final que nos entregarán)

  –  Preguntar por la experiencia del profesional y si ya ha realizado reportajes en la localización de nuestra boda (esto nos permitirá comprobar que tipo de fotografías se pueden obtener en la iglesia/finca/salón/restaurante y nos servirá como referencia para comparar con el trabajo que recibiremos).

  –  Averiguar si el fotógrafo realiza personalmente los trabajos y, si no es así, si lo realizan empleados suyos con el mismo estilo o lo subcontrata a fotógrafos freelance sobre los que no ejerce un gran control.

  –  Hay que analizar el aspecto personal del fotógrafo y sus instalaciones; la cara es el espejo del alma y no queremos llevarnos sorpresas el día de nuestra boda. No dudéis en preguntar si los fotógrafos usan algún tipo de uniforme y cual es su forma de trabajar durante la boda (de forma discreta o siendo protagonista dirigiendo las escenas). También es importante que el fotógrafo tenga un estudio profesional, en primer lugar nos da confianza de su situación económica y por otro lado nos proporciona seguridad, al tener un lugar físico donde poder reclamar en caso de tener algún problema.

 –  En la reunión hay que intentar hacerse una opinión personal amplia sobre la persona que hay detrás del profesional: su manera de expresarse, su actitud, su personalidad, sus capacidades, su ética laboral, su responsabilidad social, su disposición y sobre todo si es profesional, amable, si se adapta a vuestras necesidades y si os sentís cómodos con él.

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4 – Una vez realizadas las reuniones llega el momento de elegir, teniendo en cuenta los puntos anteriores, debemos seleccionar al profesional que cumpla mas ampliamente los criterios que consideremos importantes y hacérselo saber para que proceda a redactar el contrato de servicios.

Mucha gente se asusta al oír la palabra contrato ya que cada vez, es mas la gente que llega a una boda sin haber realizado ninguno previamente, pero un contrato es la mayor garantía que podemos tener al realizar una operación de este tipo, ya que obliga a ambas partes por igual y marca los criterios que debe tener el trabajo a realizar (cantidad de fotos, álbumes, plazos de entrega, etc), así como los mecanismos de compensación en caso de incumplimiento por alguna de las partes.

Acompañando al contrato se debe emitir una factura que resuma todos los productos y servicios incluidos, acompañados de su correspondiente IVA ya que la responsabilidad fiscal es otro criterio muy a tener en cuenta. Hay gente que solicita no pagar el IVA y hay «profesionales» que aceptan, distorsionando el precio real de sus servicios y generando un perjuicio notable a la sociedad.

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5 – Tras contratar, ya solo queda esperar al día de la boda para disfrutar al máximo y posteriormente recibir el trabajo contratado.

En resumen nos gustaría que quedara claro que a primera vista las diferencias entre un aficionado/supuesto profesional y un autentico profesional pueden parecer muy pocas, pero tras un mínimo de investigación, comprobaremos que los primeros son personas que con mayores o menores conocimientos,o bien no viven de la fotografía o bien no cumplen con sus obligaciones (fiscales, laborales, contratos, seguros, etc) y los segundos son personas formadas, educadas, en constante renovación, que pagan impuestos, seguros de responsabilidad, crean empleo, enriquecen a la sociedad a la que pertenece y que intentan conseguir el sueño de vivir de su pasión.

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De todos nosotros depende que esto siga siendo así.

Hasta pronto amigos!!